
Los maridos que trabajan en casa se multiplican
En una gran ciudad de México, una mujer lucha por convertirse en socia de la oficina local de un importante bufete de abogados, mientras su esposo, ejecutivo de una empresa de tecnología, trabaja desde su hogar, a más de 900 km de distancia. En la Ciudad de México, él escribe código desde el departamento donde viven, cerca del campus donde ella estudia su Maestría en Derecho. En Aguascalientes, ella es pediatra infantil, mientras él trabaja a distancia para una empresa de criptografía.
Cada vez con más frecuencia, en las grandes ciudades, vemos esta tendencia en un sector de la población con un buen nivel educativo: esposas que salen por la mañana a sus oficinas, aulas u hospitales, despidiéndose de sus maridos, quienes se quedan en casa para trabajar desde allí.
No se trata de un retorno a los años 60 y 70, pero con un intercambio de género. En aquella época, las mujeres de clase media solían ser amas de casa, mientras los hombres salían a trabajar. Hoy, los hombres siguen trabajando desde casa en jornadas laborales completas y, en muchos casos, también participan en las labores del hogar, como cocinar, limpiar y cuidar de los niños. El fenómeno del trabajo a distancia está multiplicando la modalidad del “marido a distancia”.
Diferencias de género en el trabajo
Hombres y mujeres todavía se especializan en diferentes tipos de trabajo. Los empleos en industrias como la informática y la ingeniería son realizados desproporcionadamente por hombres, mientras que los trabajos de enseñanza y enfermería están dominados por mujeres. Profesiones como el derecho y la medicina pueden seguir empleando a más hombres que mujeres, pero la balanza se está inclinando: hoy, más mujeres que hombres están matriculadas en facultades de derecho y medicina. Por lo tanto, entre las parejas jóvenes, es más probable que ella sea abogada o médica que él.
El trabajo a distancia según la profesión
Diferentes ocupaciones han adoptado distintos enfoques para el trabajo a distancia. Una minoría de profesionales médicos puede trabajar de manera remota, aceptando empleos de telesalud, pero la gran mayoría debe atender a sus pacientes en persona. Los abogados pueden estar vinculados a un estado o área específicos debido a su licencia y especialidad.
Por otro lado, las industrias que reportan el mayor nivel de flexibilidad para el trabajo a distancia son, en primer lugar, las de tecnología, como el desarrollo de software y la programación. Le siguen el diseño, la publicidad, la arquitectura, la ingeniería y los trabajos comerciales. Al menos la mitad de las personas que trabajan en el ámbito informático o matemático lo hacen a distancia a tiempo completo.
Diferencias de género en el trabajo a distancia
El resultado es que, en conjunto, a los hombres les resulta más fácil trabajar desde donde quieran. Una encuesta realizada por la consultora McKinsey reveló que el 38% de los hombres que trabajan tienen la opción de trabajar a distancia a tiempo completo, en comparación con solo el 30% de las mujeres. Por el contrario, la mitad de las mujeres afirman no poder trabajar a distancia en absoluto, frente al 39% de los hombres.
Podría parecer que esta es otra de las formas en que las mujeres han salido perdiendo, pero esa visión es parcial. Las parejas hacen todo tipo de concesiones para que sus vidas funcionen juntas. Si a ella le ofrecen un gran ascenso, con la condición de mudarse a otra ciudad, puede que tenga que rechazarlo si el trabajo de él está vinculado a su residencia actual. La liberación geográfica de uno de los miembros de la pareja permite al otro ascender en la escala corporativa.
El trabajo a distancia como oportunidad para las mujeres
Claudia Goldin, académica de la Universidad de Harvard y ganadora del premio Nobel en 2023, ha mejorado nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral. Ella ha escrito sobre cómo el trabajo a distancia puede ser una bendición para las mujeres. La participación de las mujeres en el ámbito profesional ha aumentado cuando ha sido posible realizar un trabajo remunerado desde casa. También ha descubierto que las brechas salariales de género se reducen en los campos donde el trabajo flexible es la norma.
Los cambios sociales nos retan a encontrar nuevos caminos para construir una sociedad con oportunidades similares para todos, donde aprendamos a combinar el desarrollo económico con la calidad de vida y familiar.
Si deseas profundizar en este tema, te invito a leer mi libro Reingeniería Personal.
Gracias por leerme.
Dr. Roch