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¿Cómo funciona el cerebro de una persona infiel? – Parte IV

Hormonas e infidelidad

Las personas que tienen más testosterona y vasopresina son más infieles. Estas hormonas van más en relación a dominación, agresividad y apetito sexual. Activan áreas cerebrales relacionadas a la posesión y al cuidado de los genes.

Un varón promedio que es más infiel libera más testosterona e incrementa el número de espermatozoides.

La oxitocina y prolactina disminuye el proceso de infidelidad. La oxitocina disminuye a lo largo de los años. Las mujeres liberan más oxitocina por estímulo.

Psicología del dolor de la infidelidad

El dolor de sentirse engañado se aprende por generaciones y este proceso tiene un factor crítico en la niñez, en particular entre los 9 a 12 años de edad en donde se maduran las conexiones del giro del cíngulo, ínsula y las neuronas en especulares ( llamadas también espejo).

El infiel tiene patrones de comparación, en sus generaciones posteriores. La víctima adquiere el patrón de sufrimiento que su familia le ha enseñado.
Las comunidades en donde el predominio es de mayor número de varones existe más violencia, en relación las comunidades en donde hay mujeres el predominio de equidad, seguridad y comprensión social es mayor.