¿Apegos saludables?
Te voy hablar hoy de apegos. Gracias por leerme.
Ciertamente algunos apegos son saludables…
nuestros lazos con la familia y los amigos,
a la comunidad y las costumbres y la caridad…
esos son los accesorios apropiados, ¿verdad?
Consideremos esa pregunta desde un ángulo diferente.
Reemplaza la palabra ” apegos” por “aferrarse”.
Ese pequeño cambio expone el defecto de los apegos “sanos”.
“Ciertamente un poco de aferramiento es saludable, ¿verdad?”
No. Ya sean posesiones, gente u orgullo, aferrarse no es saludable.
Cada apego es una atadura que restringe nuestra libertad, un controlador que restringe nuestra capacidad de amar.
No podemos vivir ahora mismo si estamos atados al futuro, y no podemos amar plenamente cuando estamos confinados por el apego.
Nos han dicho, a través de la música pop y la poesía,
que necesitar a alguien es amarlo.
Pero eso era una mentira.
Eso no es amor, es aferrarse.
Experimentamos todo el espectro del amor sólo cuando lo dejamos ir.
Deja ir el apego, no a la persona.
Sin el apego, todo lo que queda es el amor.
Nuevamente gracias por leerme.