Un comportamiento violento es toda conducta por parte de un individuo que amenace o efectivamente dañe o lesione al individuo o a otros, o que destruya objetos. El comportamiento violento suele empezar con amenazas verbales, pero con el tiempo aumenta y llega a comprender daño físico.

La violencia es una conducta aprendida, de manera que es especialmente importante ayudar a sus hijos a que aprendan que la violencia no es una manera saludable de resolver un conflicto.

Dé un buen ejemplo manejando situaciones de conflicto en una manera calma y considerada. Nunca use violencia, como dar nalgadas, pellizcar, tirar de las orejas, pegar, empujar o estrangular, para disciplinar a su hijo.

Hay algunas cosas que pueden hacer que una persona tenga más tendencia a ser violenta. Estas incluyen:

El comportamiento violento puede ocurrir en ciclos. Primero, hay conflicto y tensión. A esto le sigue el maltrato a otro individuo o la destrucción de objetos. Este patrón suele reiterarse y empeora con el tiempo. Si hay un ciclo, aprender a reconocerlo puede ayudarle a impedir que ocurra una situación de violencia.

¿Puede aprender maneras de controlar sus sentimientos y acciones?

Si sientes ira, hostilidad, o tienes comportamientos violentos, es importante que consigas ayuda, porque no siempre se tiene las herramientas correctas para llegar a la ruta correcta.