Descripción
Estamos en una época de gente incapaz de tener empatía y saber conectar consigo mismo y con los demás debido a la debilidad o fragilidad emocional. Contamos con un gran contenido de información en la cabeza y en las redes sociales y en otros medios electrónicos, pero el manejo emocional de la misma muy pobre e inmaduro. Esta desproporción genera altas expectativas, ambición desmedida y desesperación. La inmadurez emocional ha dado como consecuencia a una serie de personas con problemas de autoestima, depresión e hipersensibilidad.
No venimos a aprender ni a triunfar, venimos a vivir la experiencia de descubrir quienes somos y confiar en nuestro ser sabio. No se puede dirigir con éxito a través de desafíos que son cada vez mayores a los que la mente puede considerar como manejar otorgando un doble y debe ser suavizado, inclusive la verdad.